Estamos hablando de pacientes jóvenes con problemas motores, neurológicos o respiratorios que se van a beneficiar muchísimo de la labor de un fisioterapeuta. El profesional les ayuda a ganar superar sus problemas (distintos en cada paciente) y a poder llevar una vida diaria lo más normal posible. Se trata de mejorar al máximo las capacidades motrices de estos pacientes. Al final el terapeuta es un motor de inclusión para estos niños.
El trabajo en estos centros es distinto al trabajo normal de un fisioterapeuta. Los profesionales que trabajan en educación especial se adaptan a las necesidades pedagógicas y físicas tanto de los pacientes como del centro. Trabajan de manera estrecha con los padres o tutores, así como con profesionales de otras disciplinas (médicos, asistentes sociales, ortopedas…).
También se colabora asesorando al centro para las necesidades de adaptación del aula al paciente, asesoramiento de prótesis que se puedan necesitar, identificar las herramientas necesarias para que el alumno pueda seguir el curso normal, etc.
Un sector laboral complejo pero que proporciona muchas satisfacciones al profesional que se especializa en él. Desde aquí queremos recordar a los compañeros que se dedican a ello y a su gran labor.
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