Miastenia gravis
Es un trastorno neuromuscular. Los trastornos neuromusculares comprometen los músculos y los nervios que los controlan.
¿Quién está en riesgo de desarrollar una miastenia gravis?
No existen factores de riesgo conocidos conectados con la miastenia gravis. Las mujeres son más propensas a desarrollar una miastenia gravis entre los 20 y los 40 años de edad. Los hombres son más propensos a desarrollar la enfermedad después de los 60 años de edad. Sin embargo, la miastenia gravis puede ocurrir a cualquier edad. Individuos con antecedentes familiares de miastenia gravis pueden estar en mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
La miastenia gravis puede empeorar con el estrés, una enfermedad y fatiga. Consulte con su médico antes de tomar cualquier medicamento prescrito o de venta libre que pueda empeorar los síntomas de miastenia gravis.
Causas
La miastenia grave es un tipo de trastorno autoinmunitario. Un trastorno autoinmunitario ocurre cuando el sistema inmunológico ataca por error al tejido sano. En las personas con miastenia grave, el cuerpo produce anticuerpos que bloquean las células musculares para que no reciban mensajes (neurotransmisores) desde la neurona.
Se desconoce la causa exacta de la miastenia grave. En algunos casos, está asociada con tumores del timo (un órgano del sistema inmunitario).
La miastenia grave puede afectar a personas de cualquier edad y es más común en mujeres jóvenes y hombres de edad avanzada.
Síntomas
La miastenia grave causa debilidad de los músculos voluntarios. Estos músculos son los que están bajo su control. Los músculos autónomos, como el corazón y el tubo digestivo, por lo general no resultan afectados. La debilidad muscular de la miastenia grave empeora con la actividad y mejora con el reposo.
La debilidad muscular puede llevar a una variedad de síntomas, como:
- Dificultad para respirar debido a la debilidad de los músculos de la pared torácica.
- Dificultad para deglutir o masticar, lo que causa arcadas, asfixia o babeo frecuentes.
- Dificultad para subir escaleras, levantar objetos o levantarse desde una posición de sedestación (sentado).
- Dificultad para hablar.
- Cabeza caída.
- Parálisis facial o debilidad de los músculos faciales.
- Fatiga.
- Ronquera o cambio de voz.
- Visión doble.
- Dificultad para mantener la mirada.
- Párpado caído.
¿ Qué tratamientos realizamos?
Los anticolinesterásicos son el grupo de fármacos de primera elección y su acción consiste en bloquear la degradación de la acetilcolina por medio de la enzima colinesterasa. Este tipo de fármacos ayuda a que exista más acetilcolina disponible para que el músculo trabaje mejor.
En base al mecanismo inmunológico por el que se produce la enfermedad se pueden utilizar los corticoides u otros inmunosupresores como metotrexate, azatioprina o ciclosporina A, solos o asociados a los corticoides.
Con esta misma idea también se ha utilizado la plasmaféresis. Esta técnica consigue una mejoría clínica rápida.
La administración intravenosa de inmunoglubulinas es un procedimiento contrario a la plasmaféresis intentando un efecto supresor general del sistema inmune. Al igual que con la plasmaféresis la mejoría es rápida y transitoria.
El tratamiento quirúrgico consiste en la extirpación del timo (timectomía). Constituye la segunda opción terapéutica, tras los anticolinesterásicos y antes de utilizar otros tratamientos previamente señalados, consiguiendo mejorías en aproximadamente el 85% de los pacientes.
Fisioterapia
-Medios físicos como el calor o el hielo para brindarles relajación y analgesia a los pacientes.
-La hidroterapia.
-El masaje es útil para calmar y aumentar la circulación de la sangre a los músculos tensos y dolorosos.
-Realizar ejercicios activos libres, para evitar la fatigar.
-Los ejercicios de estiramientos son importantes porque ayudan a aliviar la tensión y los espasmos musculares.
- Reeducación postural.
-Técnicas respiratorias.
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