A.V.D ( Actividades de la vida diarias)

Las actividades de la vida diaria (A.V.D.) son aquellas tareas ocupacionales que una persona lleva a cabo diariamente para prepararse, o como un auxiliar, en las tareas propias de su papel. El término, actividades de la vida diaria, no es exactamente sinónimo de autoatención. Este es un término se refiere a la habilidad para vestirse, alimentarse, atender sus funciones de excreción, baño y arreglo personal por sí mismo, así como diversas actividades comunes, como usar el teléfono, comunicarse por escrito, o manejar la correspondencia, papel moneda, monedas, libros o periódicos. Las A.V.D comprenden también la movilidad, que se refiere a ser capaz de voltearse en la cama, colocarse en posición sentada, moverse y transferirse de un sitio a otro.  

Independiente: cuando hablamos de independencia nos referimos a la capacidad que tienen las personas para  elegir y actuar con libertad tomando sus propias decisiones, intereses, actividades que realizamos durante el día, juego, ocio etc. sin depender de un mando o autoridad extraña, determinando así su autonomía.Las actividades de la vida diaria (AV.D) son aquellas tareas ocupacionales que una persona lleva a cabo diariamente para prepararse, o como un auxiliar, en las tareas propias de su papel. El término, actividades de la vida diaria, no es exactamente sinónimo de autoatención. Este es un término se refiere a la habilidad para vestirse, alimentarse, atender sus funciones de excreción, baño y arreglo personal por sí mismo, así como diversas actividades comunes, como usar el teléfono, comunicarse por escrito, o manejar la correspondencia, papel moneda, monedas, libros o periódicos. Las AVD comprenden también la movilidad, que se refiere a ser capaz de voltearse en la cama, colocarse en posición sentada, moverse y transferirse de un sitio a otro.  

Dependiente: Es el estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de otros apoyos para su autonomía personal.